26 nov 2022

Sábado apático.

 Este es quizá el día más apático que he tenido en toda mi vida. Es sábado, recuerdo que solían ser días mágicos, esperados con ansias desde el fondo de mi agobiado corazón. Ahora la monotonía es tan grande que apenas si estoy segura de estar viva, solo existo porque no se me ha ocurrido adelantar un poco el pulgar mientras conectaba el enchufe de la laptop.

Es peculiar sentir así, más bien, no sentir en absoluto. Toda mi forma de expresión estaba basada en la escritura y viceversa, cada que escribía dejaba el corazón en aquello que estaba escrito y ahora cada que reviso antiguos escritos solo siento que leo a alguien con un increíble talento que no soy yo. Soy un estafermo clavado al suelo de un gran sembrío seco esperando ser arrancado por algún misericordioso huracán. No puedo empatizar con nadie, no tengo frío o calor, al escuchar música no percibo ningún cambio en mi ritmo cardíaco, no canto porque ninguna melodía parece ser acorde a esto. No es doloroso pero es absurdamente insoportable, desearía poder irme.

Estoy en una calle vacía mirando la pista frente a mí, el sol está cayendo y corre mucho viento, pero no lo siento tocar mi piel. Los carros pasan como las horas. Quiero cruzar.

¿Quiero cruzar?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario