En algún lugar de un
gran país...
La medianoche ha llegado; y en algún lugar han asesinado a alguien, tal vez por robarle alguna de sus pertenencias, tal vez por un ajuste de cuentas. No sé.
La madrugada es silenciosa inclusive en una ciudad tan grande, el peligro acecha en cualquier esquina.
Llegan las cuatro de la mañana y la gente empieza a despertarse; hay otros que no han dormido en toda la noche, pues trabajan en ese horario . Los Ticos, combis y Cústers transitan sin ningún problema, aún el tráfico no es grande; algunos ya salen a trabajar; las ánimas de los que han muerto vagan exigiendo justicia, hay muchas de ellas; pero un muerto es un muerto, la vida continúa en la gran ciudad.
Son las cinco de la mañana, se ha hallado un muerto, su familia se pregunta por qué no ha llegado a dormir. Se enteran de lo sucedido, la madre llora desconsolada. La vida sigue en una ciudad tan convulsionada; hay un choque en la Avenida Emancipación, han encontrado droga en una casona del Centro de Lima; el tráfico empieza a acentuarse. Nadie se detiene a pensar en nada, eso lo hacen quienes tienen tiempo para perder, todos viven una vida acelerada; El caos va impregnándose cada vez más en las entrañas de esta ciudad, destruyéndola desde adentro, desde el pensamiento de los ciudadanos. Nadie dice nada; todos están ocupados alistándose para el trabajo, para ir a estudiar y otros ya han salido de su hogar. Siguen los robos, el narcotráfico, la explotación de los niños en las calles que observan tristemente a quienes toman desayuno fuera de sus casas. Nadie tiene hogar.
La medianoche ha llegado; y en algún lugar han asesinado a alguien, tal vez por robarle alguna de sus pertenencias, tal vez por un ajuste de cuentas. No sé.
La madrugada es silenciosa inclusive en una ciudad tan grande, el peligro acecha en cualquier esquina.
Llegan las cuatro de la mañana y la gente empieza a despertarse; hay otros que no han dormido en toda la noche, pues trabajan en ese horario . Los Ticos, combis y Cústers transitan sin ningún problema, aún el tráfico no es grande; algunos ya salen a trabajar; las ánimas de los que han muerto vagan exigiendo justicia, hay muchas de ellas; pero un muerto es un muerto, la vida continúa en la gran ciudad.
Son las cinco de la mañana, se ha hallado un muerto, su familia se pregunta por qué no ha llegado a dormir. Se enteran de lo sucedido, la madre llora desconsolada. La vida sigue en una ciudad tan convulsionada; hay un choque en la Avenida Emancipación, han encontrado droga en una casona del Centro de Lima; el tráfico empieza a acentuarse. Nadie se detiene a pensar en nada, eso lo hacen quienes tienen tiempo para perder, todos viven una vida acelerada; El caos va impregnándose cada vez más en las entrañas de esta ciudad, destruyéndola desde adentro, desde el pensamiento de los ciudadanos. Nadie dice nada; todos están ocupados alistándose para el trabajo, para ir a estudiar y otros ya han salido de su hogar. Siguen los robos, el narcotráfico, la explotación de los niños en las calles que observan tristemente a quienes toman desayuno fuera de sus casas. Nadie tiene hogar.
A nadie parece
importarle nada, cada quién vive su vida.
Son las seis de la mañana, Lima ha despertado.
Son las seis de la mañana, Lima ha despertado.
21-06-14