9 jul 2018

2:00 am.

Son las 2:00 am. No tendría sentido alguno recostarme e intentar dormir, cualquier intento resulta vano. Pienso en ti.
He estado desenvolviéndome mejor ahora último, aún me tiemblan las manos al pararme en un escenario o en un miniset de grabación, pero supongo que es normal, me gusta esto, a pesar de que a veces siento que no estoy hecha para hacerlo. Al igual que cantar o escribir, he pensado en comenzar a bailar ballet (nuevamente); no pretendo ser como alguien en específico ... a estas alturas solo busco ser feliz y no joder a nadie, sentirme libre nuevamente.
Ahora último me ha pedido un amigo que colabore en un proyecto suyo, la idea se me hizo divertida primero, pero al leer el guión quedé en duda, quizá por el impacto de la historia, quizá porque no sabía si podría mantenerme a la altura, algo particular dentro de toda la trama me recordó a ti. Nuestra historia de nunca acabar, supongo. Me planteé la idea varias veces y terminé por desistir. Sin embargo hoy me reenviaron el guión, con ediciones nuevas, mientras hacía mi máximo esfuerzo por no pensarte; me lo volví a plantear y acepté tomar el papel.
Para vivir la historia que nunca vivimos, aunque sea de mentira, con una mirada que no es la tuya.
Sigo pensando en ello, son las dos de la mañana. Yo sé que esta noche no podré dormir.

03/07/16

8 jul 2018

Atrapada (relato de un sueño).

Me sucedió hace un tiempo atrás y recién me animo a redactarlo. 

Suele entusiasmarme lo relacionado a lo paranormal, lo fuera de lo común y lo lúgubre, siempre y cuando pueda tener la certeza de que aquello no es real. 
Cuando se trata del ensueño, por lo general, para mí es fácil distinguirlo de la realidad y controlarlo... a diferencia de alguna de esas escasas ocasiones en que la situación escapó de mis manos. ¿Parálisis del sueño?, ¿bucle de tiempo?, ¿sueños en bucle?; ¿les ha acontecido alguna vez que luego de un sueño intranquilo despiertan en su habitación para vivir una situación distinta y levemente siniestra, de la cual vuelven a despertar después de un momento para encontrarse en su habitación nuevamente, pero esta vez algo distorsionada y aún más horrida que en la ocasión anterior? … Bueno, hace aproximadamente tres meses, llegué muy cansada de la universidad; llevaba casi una semana sin dormir apenas más que dos o tres horas por día (tiempo insoportable para quien padece de problemas graves y perennes de ansiedad y prefiere dormir para no tener que vivir en la realidad que la asedia los días de exámenes finales y tensión política estudiantil), después de haber dado el último examen y de pasar un rato lamentándome por cada error cometido en el semestre, me retiré a casa. Apenas llegué almorcé un poco, poquísimo, casi como si me hubiera pasado el día entero embutiéndome de comida; el agobio lapidaba mis músculos, las trasnochadas estaban pasando una factura alta... apenas respiraba, mi cabeza estaba palpitando y dolía demasiado como para incorporarme luego de haberme recostado al terminar de comer. Me quedé ahí donde estaba y poco a poco el sopor fue invadiendo mis párpados, que primero no podían cerrarse por el ardor del malestar y los atroces dolores de espalda y que luego, no podían abrirse debido a que pesaban demasiado… finalmente me rendí y caí en un sueño profundo. Mi sueño transcurrió con tranquilidad, me topé con mi novio en más de una ocasión, discutí con algún compañero; la única diferencia es que parecía encontrarme en una facultad distinta a la mía. Me encontré en un edificio desvencijado de quizá cuatro pisos o cinco, un armatoste con restos de madera y vidrio (en el piso último). La entrada era amplia y la primera y segunda planta lucían más resistentes que el resto de la construcción. Por obvias razones no daré demasiados detalles de esta parte del sueño, puesto a que no tienen mayor relevancia y ahora se encuentran algo borrosos en mi mente. Aparentemente en la facultad en la que estudiaba no había agua y tuve que subir al último piso a traer un pequeño balde con agua, en realidad era un recipiente pequeño y cuadrado. Cada escalón con que ascendía, parecía estar en peor estado, crujía el suelo con cada pisada que daba sobre la madera empolvada y algo enmohecida; el resto de la estructura de la escalera parecía ser de fierro oxidado y viejo; todo temblaba cuando me sostenía del pasamanos. En cuanto llegué al lugar del que se supone debía sacar agua, noté que la mayoría de paredes eran de vidrio, vidrio sucio y más fierros retorcidos y oxidados, tenía un aspecto antiguo, inclusive en el diseño de las ventanas que se abrían hacia afuera igual que la cubierta del tragaluz, sobre la que por algún motivo me paré con mi tupper lleno de agua y empecé a jugar, de pronto vi a dos conocidos en la planta baja, alarmados por mi actitud; entre ellos, mi novio. Cuando decidí mirar mejor, noté que el suelo bajo sus pies desaparecía, igual que toda la planta baja, que de pronto se empezaba a difuminar hasta hacerse un resplandor de luz blanca pálida. De un momento a otro comenzó a llover y algunos compañeros de carrera me recomendaron que bajara con cuidado, y así lo hice. Luego de jugar un poco con el agua de la lluvia, llené nuevamente mi tupper y bajé al segundo piso que aún existía, pero se mostraba difuso. Apareció ante mí un pasadizo que se hacía cada vez más extenso y oscuro. Empezaron después a aparecer puertas a cada lado del pasadizo y el lugar comenzó a iluminarse por unos fluorescentes blancos en el techo, en apariencia hace poco había caído el sol. Entré a una clase en la que todos nos encontrábamos ansiosos y mal humorados por la entrega de un examen y por la tensión política; cuando me fijé, todos tenían cartucheras en sus manos, estaban abiertas y dentro de ellas tenían diferentes elementos. Algunos tenían simples maderas, deformes y delgadas; otros tenían solo pinceles, otros solo temperas, otros tenían lapiceros, otros solo borradores, otros tenían muchos tubos de goma; si no recuerdo mal, yo tenía lápices de colores, pero no se identificaba el color a simple vista porque aparentemente también eran simples trozos bien recortados de madera sin color. Luego de obtener una nota desaprobatoria y conversar con alguna amiga o amigo, salí del lugar. La noche había llegado recién y salí de la facultad para dirigirme a mi casa. Fue entonces cuando todo comenzó a tornarse raro. Mi novio me acompaña usualmente en el camino a casa, pero esta vez decidió quedarse con sus amigos y al salir del edificio me encontré con el mismo bosque de siempre; sin embargo esta vez dicho bosque tenía un aspecto más siniestro, lleno de sombras inciertas que me perseguían mientras avanzaba hacia la salida, por un momento decidí no tomarles atención, ya que el suelo a mis pies también empezó a desvanecerse conforme trataba de correr y bajo ellos apareció una oscuridad que se extendía y se fundía con aquel bosque dantesco. Empecé a asfixiarme y la oscuridad bajo mis pies se encontraba, luego de un rato, abrazándome; apenas podía ver el cielo teñido de color vino por las luces de los faros. Sin que pudiera hacer algo; siquiera pedir ayuda, correr o gritar, vi las paredes negras cubrirme. El aire se acabó y la oscuridad terminó por consumirme.



Desperté en mi habitación y el sol se había ido hace poco, no había nadie en casa, me asomé por la ventana y noté el cielo teñido de un lila oscuro, aún había luz. Me tranquilicé un poco. Aunque al observar las cortinas de la sala, noté que había algo fuera de lo normal. En lugar de encontrarme con mis amadas y espesas cortinas azules, me encontré con unas traslúcidas cortinas color beige de encaje delgadísimo; apenas había notado esto cuando otro pensamiento tranquilizador me asaltó “¿quién no cambia las cortinas de su casa en algún momento?”, de seguro mi madre había optado por cambiarlas ya que el polvo se acumulaba ahí cada cierto tiempo. Cuando giré para volver a mi habitación vi agua saliendo por el pasillo, entonces definitivamente supe que había algo extraño dentro de lo que estaba viviendo. En mi casa no hay ningún pasillo. Debido a que los cuartos estaban todos conectados, no hubo necesidad de que se construyera un pasillo cuando hicieron la casa; entonces me asomé a ese pasillo y me encontré con mi habitación, oscura como si hubiera llegado de estampía la noche; mis pies sentían el agua correr lentamente, pero no era agua sola, se encontraba en ella algo jabonoso. Repentinamente, la luz se encendió y encontré a mi mamá trapeando, decía algo, se quejaba respecto a algo; no oí bien respecto a qué, pero cuando traté de hablarle, se subió a la cama y miré el suelo para ver si se debía a alguna presencia extraña en él (ratones, ratas, aunque ella nunca ha huido de esas cosas), cuando volví la vista hacia ella, ella ya no se encontraba ahí y el suelo estaba seco. Estaba sola otra vez. En la realidad se manifestó algo similar a un fallo de VHS y el ropero se convirtió en uno más pequeño, de color amarillo, con esquinas con volutas, centro superior redondeado y cuatro patas cortas, era en apariencia toda una antigüedad; cuando otro fallo se dio y el ropero apareció en el lugar que daba a la puerta de la cocina; entonces se sucedieron más fallos y toda la realidad empezó a distorsionarse hasta llevarme nuevamente a la escena inicial. 

Yo, sentada en la cama y todo en completa oscuridad, ¿había despertado otra vez?. Esperé un momento. Parecía ser que esta vez sí me encontraba en la realidad inmediata, es decir, la que conocía. Bajé de la cama y apenas mis pies tocaron el suelo se vieron sumergidos en sombras... noté que definitivamente no podía estar despierta, apenas lo noté se sucedieron a mi alrededor diversos fallos glicht y caí nuevamente poco a poco en la inconsciencia, un leve dolor adormeció mi nuca y luego de un rato volví a despertar. Dejaba de ser divertido despertar y no saber qué sucedía y por qué todo se reiniciaba. Trataba de despertar.
En cuanto vi a mi al rededor todo parecía normal, caminé a la sala y le eché llave a la puerta, me senté luego un momento sobre mi cama, hacía frío y estaba oscuro; miré la hora y eran las siete pero había luz suficiente, como si aún fueran las seis de tarde; volví a mirar la hora y daban ya las ocho, la luz seguía siendo la misma. Me extrañé, no era posible que estando en Sudamérica pasara algo así, entonces noté por cuarta vez en la noche, que aún no había despertado, comencé a saltar sobre el suelo y a golpearme, para que no sucediera lo de los fallos glitch o las sombras asediadoras y pudiera despertar así de una vez por todas, sin embargo  fue en vano. Vinieron desde la sala espectros oscuros, hechos de solo sombra, como siluetas humanas de brazos y piernas amorfas y comenzaron a asfixiarme. Volví a despertar en mi alcoba.
Daban las siete, estaba sobre mi cama, pero esta vez no me paré, me pellizqué un par de veces, aún hacía frío, me pregunté si estaba despierta, traté de ponerme de pie, pero algo sujetaba mis pies, desde el baño esta vez provino algo muy parecido a las sombras del sueño pasado, pero de mayor tamaño y me trató de asfixiar. Desperté  unas tres veces más y todas concluían tan rápido como en la anterior ocasión, entre fallos glitch y sombras, despertaba asustada y luchaba por despertar de verdad. 
Desperté otra vez sobre mi cama, todo era silencio, no hacía frío. Parecía esta sí ser la realidad, las luces estaban apagadas, vi una sombra asomarse al umbral y entonces pregunté "¿mamá, eres tú?" Y detrás de ella se aproximaron muchas sombras más, me incorporé y me pegué a la pared, traté de llegar al interrumtor, pero me atraparon por los pies y por las manos y me arrastraron con ellas, cuando ya casi habían nublado toda mi visión y mi juicio y comenzaba a rendirme, una de estas criaturas se acercó a mi oído y con una voz distorsionada dijo, "¿por fin dejarás de intentarlo?".

Desperté, con las manos y los pies aferrados a las sábanas; todo estaba en silencio, las luces estaban apagadas, las encendí y volví a la cama. Me quedé mirando una pequeña sombra al lado del ropero, mi mamá llegó de la calle y pasó por la habitación, me quedó mirando e inquirió "¿qué te pasa?", contesté "nada, no podía despertar".