Poetiza en el auto
a plena carretera
contemplando perpleja
las nubes de algodón
que camuflan a la luna
que acarician la piel del cielo
de modo alguno,
un ocaso perfecto.
La luna me muestra
de pronto su sonrisa
sincera y brillante
va destilando versos
versos que nadie más escucha
-Qué ocaso para más bello-
Voy inhalando el aire fresco
Cielo nocturno
Nubes rosáceas
-Tenía muchos deseos
De salir hoy de casa-.
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